San Martín fue una pieza fundamental en la construcción de nuestra identidad nacional.
Los hombres de acción o de pensamiento que, como San Martín, realizan grandes cosas son almas apasionadas que elevan sus pasiones a la potencia del genio y las convierten en fuerzas para obrar sobre los acontecimientos, dirigirlos o servirlos.
«La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien».