El año escolar nos abre una nueva oportunidad para que juntos continuemos la misión que el venerable Padre Torres nos dejó hace más de 125 años. Él confió en Dios, se puso en camino y buscó los medios  para que la familia mercedaria llegue con su mensaje de fe y esperanza a muchas familias que confían en nuestras instituciones y su estilo de enseñanza, no solo en Córdoba, sino en varias localidades de nuestro país.

CON ALEGRIA RECIBIMOS A QUIENES YA SON NUESTROS ALUMNOS Y ABRIMOS EL CORAZÓN Y LOS BRAZOS A LOS QUE LLEGAN POR PRIMERA VEZ A NUESTRA CASA.

El día es de júbilo porque la escuela retorna a lo que es su vida de siempre. Queremos renovar nuestro compromiso con la educación, sabiendo que un país se engrandece cuando sus ciudadanos son formados para participar responsablemente.

El Santo Padre Francisco afirma en su discurso a los participantes en la plenaria de la Congregación para la educación católica: “Las instituciones educativas católicas están llamadas a ofrecer a todos, con pleno derecho a la libertad de cada individuo a Jesús como sentido de vida, del universo y de la historia”. Nos invita a promover la cultura del encuentro, a vivir en paz y en fraternidad.

El arzobispo monseñor Carlos Ñañez, nos invita a abocarnos a un nuevo momento de nuestro itinerario pastoral: el “Momento comunitario con Jesús nos cuidamos como hermanos”. Se trata de hacer con Jesús la experiencia de mirarnos, cuidarnos y caminar como hermanos, colaborando en la construcción de una sociedad más justa y solidaria; estrechando lazos con otras personas y organizaciones.

Encomendamos al Señor de la vida, a Jesús eucaristía que nos conceda descubrir que con amor y juntos podemos construir una patria fraterna, donde la vida se comparte y se entrega. Agradecemos la presencia de los padres y familiares que hoy nos acompañan.

La familia, la primera responsable de la formación moral y afectiva de los alumnos. Trabajando juntos, familia y escuela, los alumnos podrán descubrir que vale la pena el estilo de educación que le estamos ofreciendo, en medio de un mundo donde los valores del respeto, la dignidad, la honestidad, la responsabilidad parecieran haber perdido fuerza, Dios bendecirá nuestra intenciones y nos ayudará con su amor.

María de la merced, que nos recibe año a año con sus brazos abiertos, redentora de cautivos, nos acompañará, nos protegerá con su manto y nos animará a buscar nuevos caminos en este inicio de actividades.

En nombre de la Comunidad religiosa y del Equipo Directivo, ¡Bienvenidos! ¡Muchas gracias!