Comenzamos las actividades de nivel primario y secundario, después de un tiempo de descanso.
Con alegría recibimos a quienes ya son nuestros alumnos y abrimos el corazón y los brazos a los que llegan por primera vez a nuestra casa.
Es un día de alegría, porque la escuela retorna a lo que es su vida de siempre.
María de la Merced, que nos recibe año a año con sus brazos abiertos, Redentora de Cautivos, nos acompañará, nos protegerá con su manto y nos animará a buscar nuevos caminos en este inicio de actividades.