Compartimos con ustedes momentos de la ceremonia de INICIO DEL MES DE MARÍA DE LA MERCED
Madre de la Merced contemplamos tus Manos Madre, Manos fuertes pero que acarician con cariño y suavidad, miramos tus Ojos, suaves y profundos, pero con una fuerza interior capaz de derribar fronteras. Te miramos Madre y descubrimos el por qué tus hijos te quieren tanto; y es porque estás allí junto a cada uno de nosotros, mostrando ternura y compromiso. Tus manos que son capaces de romper cadenas, son también capaces de sanar el corazón más destrozado; una mirada capaz de penetrar la cruda realidad de sufrimiento y cautiverio, capaz de descubrir las miserias más profundas a la que son sometidos tus hijos, pero una mirada llena de compasión, llena de amor que invita a acercarse y sentirse amado.
Por eso es que, como mercedarios, verdaderos hijos tuyos, nos sentimos orgullosos de tenerte por Madre, queremos ser un poquito como vos. Tener un corazón generoso y lleno de amor, una fe profunda y comprometida, en tantas realidades de esclavitud, donde tus hijos son vendidos como mercancía, donde se pone precio a la vida, nosotros con vos Madre de la Merced decimos: TU LIBERTAD NO TIENE PRECIO, decimos no al negocio de la trata. Saldremos con vos, porque queremos decirle a nuestro pueblo, que nosotros somos hijos tuyos, que te queremos y no tenemos miedo a expresarlo, que nos comprometemos de verdad como vos Madre.
Madre de la Merced, que suscitaste en tu servidor Pedro Nolasco el deseo de imitar a Cristo Redentor, poniendo su vida al servicio de los más pobres, los cautivos; al prepararnos a celebrar el jubileo mercedario, te pedimos que eleves nuestras oraciones al Padre, fuente de misericordia, para que seamos capaces de contemplar la faz de tu hijo en el rostro de los cautivos de hoy y ofrezcamos alegremente, llenos del Espíritu Santo, nuestras vidas como moneda de rescate por nuestros hermanos que viven privados de libertad y sin esperanza en las nuevas periferias de la cautividad.